Miércoles 28 de noviembre, reanudamos el viaje, aunque hoy vamos a hacer la ruta que teníamos programa para ayer, pero dejando de pasar por algunos pueblos, ya que se trata de llegar a Melide a la hora de comer.
En Melide se come el mejor “pulpo a la gallega”, concretamente en una pulpería llamada “Casa Ezequiel” donde únicamente se sirve este plato.
Aunque ahora ya solo viajamos yo y mi mujer, Murphy no nos deja tranquilos y cuando llevamos unos cien kilómetros, más o menos cerca de Villafranca del Bierzo, el ordenador del coche deja de funcionar, por lo que me quedo sin un montón de información básica, hoy en día los coches llevan este tipo de información y cuando deja de funcionar, yo por lo menos no voy tranquilo. Así que parada en un concesionario Ford con la consiguiente pérdida de tiempo, afortunadamente los mecánicos me indican que podemos continuar viaje aunque el sistema informático del coche no funcione ya que no es imprescindible para el buen funcionamiento, lo único que no tendré la información que da el ordenador de a bordo.
Por fin llegamos a Melide y toca comer pulpo hasta hartarse, ahí va la muestra:
Después de la comida solo nos quedan unos 80 kilómetros para llegar Santiago de Compostela, donde visitamos al apóstol y dimos un paseo por la ciudad.
Dentro de lo que cabe, ha sido un día bastante tranquilo, solo el pequeño contratiempo del fallo en el coche.
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