Para iniciar la primera etapa del Camino de Santiago en coche desde Roncesvalles era imprescindible primero trasladarnos hasta aquel pueblo situado en plenos pirineos navarros justo en la frontera con Francia, la ruta que habíamos programado era Barcelona > Zaragoza > Pamplona > Roncesvalles con un total de casi 600 km.
Así que el primer día consistía en volar de Palma a Barcelona, coger el coche que previamente habíamos reservado y pagado y cepillarnos de un tirón casi 600 km, hay que decir que cuando realice la reserva del coche escogí un grupo D tipo monovolumen con la condición que tuviera suficiente maletero para cuatro maletas y que dispusiera de regulador de velocidad, ya que todo el recorrido programado suponía unos 3500 km, y el llevar regulador de velocidad es una gran comodidad.
Una vez en el aeropuerto de Barcelona fuimos a recoger el coche, y la cosa empezó a complicarse, ya que la chica de Hertz que nos atendió no tenía ni puñetera idea de lo que se traía entre manos, a cada pregunta que le hacía, su única respuesta era “no sé”, deducción fácil, no sabía nada. Total que nos encasqueta un Opel Zafira, este coche era totalmente desconocido para mi, así que me arme de paciencia y me dirigí al parking, donde otro empleado de esta compañía nos entrego el coche, a las mismas preguntas, mismas respuestas “no se” otra deducción fácil, este tampoco sabía nada.
A todo esto ya eran casi las 12 del medio día del sábado 24, así que pongo el coche en marcha, y carretera, pero no habíamos recorrido ni 10 km, estábamos todavía en la Ronda Litoral de Barcelona en dirección a la autovía A2, circulando aproximadamente a 100 km/h, cuando de repente reventó la rueda trasera derecha, afortunadamente pude dominar el coche llevándolo hasta el arcén.
Llamadas de teléfono para asistencia en carretera, el coche solo lleva un chaleco (supongo que es lo reglamentario) así que de los cuatro que vamos dentro, solo uno puede salir del coche, no sabemos si este coche lleva las herramientas para cambiar la rueda, en fin, más que nada nervios. La asistencia en carretera que en Barcelona para Hertz la cubre el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), tardo alrededor de una hora en venir a socorrernos, cuando llego y no después de poco esfuerzo, consiguió cambiar la rueda con todos nosotros dentro del coche, ya que como he dicho solo había un chaleco, y además la Ronda Litoral tiene una trafico brutal, así que no dejo que nos bajáramos del coche.
Una vez cambiada la rueda, tuvimos que regresar al aeropuerto para cambiar el coche, ya que no estábamos dispuestos a continuar viaje sin rueda de recambio. Una vez nuevamente en el aeropuerto proceden al cambio de coche, y en esta ocasión nos dan un Ford S-Max, este modelo también era totalmente desconocido para mí, pero he de decir que he disfrutado de su conducción, solo un pero, estaba lleno de golpes y bastante sucio, evidentemente he presentado la correspondiente reclamación a la compañía.
En principio teníamos previsto llegar a Roncesvalles sobre las 8 de la tarde del sábado 24, después de parar a comer y hacer una visita rápida a la Virgen del Pilar, pero con todo el retraso del incidente con los coches, la cosa se retraso mucho y llegamos a destino pasadas las 12 de la noche.
Por ser el primer día, por suerte la cosa solo había quedado en anécdotas.
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