A partir de hoy día 1 de abril de 2009, queda prohibida la fabricación y venta de los populares termómetros de mercurio, vamos los de toda la vida por lo menos para los que ya hemos cumplido los 50 años.
Si tenemos en casa alguno de estos termómetros, podremos seguir usándolos, pero si queremos deshacernos de él, no debemos tirarlo a la basura, hay que llevarlo a un punto limpio.
¿Porque esta prohibición?
El mercurio es un elemento tóxico, que no se degrada y que si se dispersa, contamina el entorno y llega fácilmente a la cadena alimentaria.
Los restos de mercurio sin control pueden ser peligrosos para nuestra salud. Si se tiran a la basura o al vertedero, pueden acabar en el mar, donde el mercurio se acumula en los peces (sobre todo en los de mayor tamaño que suelen vivir más tiempo). Se han encontrado restos de mercurio entre la población de pescados más típicas de las zonas costeras del Mediterráneo.
¿Y es peligroso? Pues sí. En dosis elevadas puede ser fatal, pero incluso pequeñas cantidades de mercurio en nuestro organismo pueden provocar enfermedades nerviosas. Todo ello ha llevado a las autoridades europeas a acabar con los termómetros de mercurio.
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